sábado, 6 de octubre de 2012

El Corazòn lleva una Màscara,( WUSA), de Stuart Rosemberg, 2º Parte .



Por: Juan M.Bullita( *)

Y siempre en la misma dirección, la de marcar el compromiso real del film con una situación histórica precisa, se hacen alusiones evidentes a personajes de la vida real, sea emblemáticos como el ejecutivo que expresa su confianza en la eficacia de la violencia represiva, en aquella notable secuencia de su enfrentamiento verbal con Tony Perkins en el exclusivo Playboy club de la ciudad (las amenazas que profiere tienden a sobrepasar el contexto de la ficción y agreden al testigo neutral que se supone sea el espectador), osea, incluso, personas con nombre y apellido, como la referencia a Wayne en el personaje que hace juez en el duelo de pistoleros. 

La película es así: Testimonio y Denuncia, aunque importa señalar que lo que se destaca en este testimonio y denuncia es el Individualismo, ya que tanto Paul Newman y Anthony Perkins , ejes que permiten un doble y paralelo examen de la situación argumental , son representantes clásicos de esa  postura individualista y moral que conduce al primero a la integración en el sistema bajo una capa de cinismo escéptico màs bien precario, y al segundo a la solución violenta y anárquica del asesinato político.

Como construcciòn el film adolece de fraccionamiento y dispersión , defectos ambos ya presentes en “La Leyenda del Indomable” , y los recursos narrativos, como por ejemplo  la alternancia de los recorridos de Perkins en su “imposible” encuesta por los barrios negros (pobres) de la ciudad y las  peripecias de Newman como “comunicador” en WUSA, no aportan a la estructura del film sino su dudosa capacidad de síntesis y un sentido dialèctico demasiado mortecino y fácil. Es al interior de algunas secuencias de relación o enfrentamiento de personajes donde Rosemberg consigue expresar con mayor eficacia el sentido polémico que el armado del film quiere, sin mayor atractivo , sugerir por sì sòlo. 

Aquì, en la zona probada del cine de actores es donde la peculiar sensibilidad idealista y romántica cuaja, dejándonos la grata sensación de que la sensibilidad al expresar la vida de las gentes de un país aùn no ha  sucumbido a la voracidad de la industria hoy dedicada a explotar con demagogia las nuevas vetas de la juventud psicodélica y contestaría , el orgasmo espectacular de la violencia social, etc, sin contemplar por un momento con cordialidad , inteligencia y sosiego a los agentes individuales , o mejor dicho, pacientes individuales de tales generalidades.

Rosemberg se defiende muy bien con un grupo de magníficos actores y hace lo que sabe hacer , es decir, pone en funcionamiento la mitología de estos: El aspecto de borracho falsamente indiferente de Newman, el desamparo, inocencia, y desubicación de Perkins; la actitud rebelde y protectora de Joanne Woodward; el delirio de grandeza y la vulgar seguridad facista de Pat Hingle (2). “El Corazòn lleva una Màscara”  , tiene el don de hacernos volver la página del cine americano 15 años antes, aunque la película salga perdiendo en esta evocación del pasado. Porque al buen sentido que tiene Rosemberg le falta la dosis de compromiso intìmo, de sensibilidad cinematográfica y estètica acusada que recorrìa como un fuego sagrado “El Audaz”, por ejemplo, film que evoca WUSA, debido especialmente al paralelismo entre las parejas Newman-Laurie y Newman –Joanne Woodward, del que sale ganando sin la menor duda y por mucho la primera, nos basta recordar la superioridad de aquella genial secuencia en que Newman conoce a Laurie y pasa a su lado las últimas horas de la noche en un café de la estación y después se van juntos, al despertar Newman y encontrar que ella no se ha movido , y es entonces cuando él, junto al espectador descubre que la muchacha es coja. 
Todo el peso emotivo, contenido y latente , que consigue Rossen manifestar en este encuentro de dos marginales , deja empobrecidas las mejores secuencias de relación Newman –Woodward, incluso aquella en que ambos, sentados a los extremos de la cama, se cuentan en un tono desprovisto por completo de conmiseración los respectivos vaivenes y fracasos de sus vidas (3). 

 

Notas:

     (1) Hay una película por completo ajena a este tipo de personaje en la filmografìa de Newman y que sin embargo, pese a los disgustos que le causò filmarla al actor, es una de sus mejores actuaciones en la pantalla ; me refiero a “Cortina Rasgada” (Torn Curtain, 1966,Alfred Hitchcock)
    (2)  Pat Hingle es el padre de Warren Beaty en “Esplendor en la Hierba” de Elia Kazan.
      (3)   Otro film que recuerda WUSA , es “Un  rostro en la muchedumbre” (A face in the crowd, 1967, Elia Kazan).

(*) Revista Hablemos de Cine 61-62, Setiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre 1971.

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