sábado, 19 de mayo de 2012

Homenaje al Critico de Cine Nelson Garcìa Miranda: El Final de una Canalla , de Joseph L. Mankiewicz-1970-2º Parte.

Por : Nelson Garcìa Miranda (*)

Lo que menos esperaba era que Floyd le disparara ya que como sabremos posteriormente se conocìan  (momentos antes le habìa vendido su pandilla). Pero era una buena oportunidad , y sin pierde , pues por aquel balazo - para suerte suya en la pierna - que lo dejò cojo y con un bastòn  ( de la misma eficacia que los anteojos de Parìs) , han de ascenderlo de sheriff a alcaide. Y aùn ya en el penal no se detiene , sabe que puede ,y ahora màs que nunca subir màs. De ahì los baños a los presos , los ejercicios fìsicos en el patio, la posta mèdica, la capilla , el comedor, etc. Se entiende pues su interès por la inauguraciòn con autoridades y discursos. 

Y entre estos lobos mayores, los lobos menores de oportuna peleterìa : los impostores Cyrus y Dudley , de pastor y sordomudo - pintor de escenas religiosas , a temàtico e ilustrador esta vez de escenas judiciales . Gracias a ellos Lopeman tiene su nuevo penal lleno de cuadros de la madre patria y la madre justicia, y Parìs de cartuchos de dinamita para volarlo. El ingenuo Coy, eterno lobezno expiatorio , sino de requerimientos amorosos - la chica por quien està en el penal o el caporal homosexual - de ambiciones personales - Lopeman retrasa su ejecuciòn para no malograr el ambiente celebratorio de inauguraciòn de penal reformado y Parìs lo utiliza de señuelo para procurar su fuga - . El desleal Floyd , anzuelo de Lopeman y palanca de Parìs. 

El fràgil primer alcaide que detesta su puesto pero està ahì como un gato al pie del agujero de la ratonera, para atrapar a algùn recluso con fortuna escondida para forzarlo o persuadirlo , incluso, facilitàndole la huìda, como sugiere a Parìs, con tal de compartirla ; o aquellos a quienes la màscara ha terminado de mimetizarlos consigo mismos hasta reemplazar el nombre propio, como Missouri Kid , el antiguo recluso cumpliendo cadena perpetùa, que sueña y cultiva imaginariamente un valle, al que se transportarà finalmente vìa una embolia cerebral en medio del motìn, o los guardianes Tobaccy, Wisky y Sweet, definitivos sobrenombres de estos celadores que aprovechan su funciòn oficial para vender clandestinamente cigarros, wisky y dulces a los reclusos. El ùnico misterio es Ah Ping, lobo oriental.

De esta manera, si bien la acciòn ( de la competencia) se trenza verticalmente, la reflexiòn  (sobre lo que la impulsa) discurre por ella en espiral, conformando ambos esa especie de columna barroca, pero en la que las dos al momento de su construcciòn  (realizaciòn - proyecciòn) se dan simultàneas por una puesta en escena en que la direcciòn de càmara es el cincel que esculpe y la direcciòn de actores el motivo a esculpir. Es decir, ante aquellas situaciones de farsa y simulacros , la càmarda se clava y mueve abriendo un espacio - escenario - esencia misma del encuadre cinematogràfico - importante tanto para personajes insignificantes - la sirvienta negra del hacendado que entra en campo acomodàndose el traje de domèstica como si fuera (que es) un rol que tiene que cumplir - o secundarios - Floyd y Missouri Kid hacièndose de pronto los que conversan con el guardiàn que acaban de matar -, como para los principales - la subrepticia ambiciòn de Parìs y el soterrado arribismo de Lopeman -. 

Y en el que lo mismos escenarios que encuadra oculta, a veces, otros propòsitos ya sea mayores  - las nuevas construcciones del penal para Lopeman y Parìs - o menores - en el prostìbulo la habitaciòn para voyeuristas con orificios camuflados entre capullos de flores - por lo que no hay que descuidar detalles - el canario mecànico del prostìbulo o la serpiente escurrida en los calzones - . En otros casos , aquel espacio-escenario ha de contener los elementos que entraràn en pugna  - imagen que abarca a la carroza-prisiòn dirigièndose al penal  - , o señalar aquellos en quienes la contienda ya està declarada - imagen de Parìs y Lopeman en el picapiedrero. Luego de una discuciòn , en la que el  primero continua trabajando , por un lado, meditando su fuga anunciada , mientras , por otro  . Lopeman se aleja pensativo y calculador - . A partir de aquì cada encuadre de èste o aquèl , solos o reunidos , ha de ser su campo de batalla por no descubrir sus verdaderos afanes.

Sòlo quedan las palabras. Pero cuando parece haber terminado de trenzarse y destrenzarse aquella columna barroca de intrigas y camuflajes , y Lopeman se dirige satisfecho y dueño de la fortuna a Mèxico , un grupo de campesinos lo espera y recibe con un "!Bienvenido amigo!" y tal expresiòn ,para lo que ha vendio sucediendo en el film , luego de tan gratas palabras . (El hacendado antes de iniciar su cena : "Señor , por los que nos vamos a servir te estamos agradecidos ", y !Zas!  el asalto . O Lopeman , al gobernador , señalàndole a Parìs que solicita permiso para un discurso: "Señor , este es el hombre del cual le hable " y !fuàcate! el motìn a purè de papas y presas de pollo frito) , tambièn puede tener otro sentido (2). 


(1) Remito al lector al excelente texto de Pablo Guevara (Espiral hacia Mankiewicz- Hablemos de Cine Nº 36 y 37) para una inmejorable informaciòn y reflexiòn sobre la estètica , biografìa, entrevistas y constantes de este importante director ( de quièn hay tambièn una nota de presentaciòn en El Diccionario de Cine Americano - Hablemos de Cine - Nº 42), pues la presente critica es un intento de explorar la impenetrable estructura de un film de Mankiewicz  como si fuera una isla recièn descubierta al final de un archipièlago.

(2) Y lo puede tener ya que Lopeman no es màs el lobo escondido bajo la piel de carnero virtuoso y humanitario, pues a su llegada a Mèxico ya ha comenzado a beber y no se preocupa màs de fumar un cigarro mal envuelto, ademàs Parìs le ha demostrado que sus calculados proyectos filantròpicos tambièn pueden ser aprovechados por otro, por tanto, recièn comienza ( o prosigue)  su verdadera carrera de lobo, que ahora sin su vellocino a bien poco puede llegar, pero esto , como decìa, es nuevo , desconocido  e impredecible retruècano. De lo cual ya Mankiewicz ha dicho: "Aquello que me interesa, lo repito, , son las costumbres de nuestro tiempo porque ellas son las de los seres humanos de esta època . Por eso me esfuerzo en representarlas con el màximo de precisiòn posible . Nosotros tenemos que ver con un mundo que està deshumanizado pero en el cual vivimos. Quiero decir con esto, que el ser humano nunca ha tenido tan poco valor como hoy. El vive en un mundo que por primera vez en su historia no tiene porvenir ...".


(*) Revista Hablemos de Cine Nª 59-60 - Mayo, junio, julio , agosto 1971.

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